"Me ayuda a vivir la vida como quisiera vivirla"

A su alrededor, en el tren, en la universidad, en restaurantes, Eva Rodríguez observa a la gente ir de un lado a otro, con la vista clavada en un teléfono inteligente. Ignoran el mundo real por lo que oculta en una pantalla cada universo individual, en lo que ya es una extensión natural de los cinco dedos de la mano.
Pero Eva, de 22 años, decidió estar presente. En 2020, tras mudarse de Puerto Rico a Nueva York para estudiar, se cansó de pasar su vida frente al "screen" rectangular, desesperada por "interactuar humano a humano" cuando menos se podía, en plena pandemia de COVID-19.
"Entonces, dije: ‘Acho, le voy a dar un break, vamos a ver qué pasa’. Me compré un Nokia chiquito, el del ‘screen’ chiquito y el teclado, y con eso estuve un rato. Y me di cuenta bien rápido que, de repente, mi sentido de dirección estaba mucho mejor; en términos de retención de información, también mejoré. En la manera en que uno interactúa, no hay expectativas de hacer algo inmediatamente", cuenta Eva.
La joven de San Juan asegura que no ha vuelto atrás. Al presente, se mantiene conectada con su familia en la isla a través de un "flip phone" marca Nokia, de esos que se ven en películas como The Devil Wears Prada (2006) y series como Breaking Bad (2008-2013).
Desde que tomó la decisión de distanciarse del mundo en línea, se siente más presente. Ahora, puede pasar días sin el teléfono cerca, algo que, reconoce, llega a incomodar a amistades que la buscan y no la consiguen.
"En caso de emergencia, lo tengo, pero ya no pienso en mi teléfono casi nada. Y pienso antes, que era como una obsesión total… Esa relación con la máquina, ya no la tengo", asegura. "Me ayuda a vivir la vida como quisiera vivirla y, en ese aspecto, los problemas que, quizás, encuentro se vuelven bien relativos… es lo más técnico lo que es jodón", dice entre risas.
En tiempos recientes, un creciente número de personas en diferentes puntos del mundo ha optado por deshacerse de sus celulares inteligentes por unos más sencillos.
Algunos, incluso, han abandonado por completo la tecnología.
Dos especialistas en tecnología y una psicóloga consultados por El Nuevo Día coincidieron en la carga que puede ser para mucha gente estar conectados "24/7″.
"Cuando surgieron las redes sociales, la visión de estar conectados 24/7, desafortunadamente el enfoque fue totalmente en lo tecnológico. No se trajo a la mesa el componente psicológico, cómo el ser humano, cómo la sociedad va a reaccionar a estar expuesta a 24/7 de información, cómo...

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