Bad

Edwin Cuperes Vélez

El primero que nos habló del negro fue un blanco. Si esto hubiera sucedido en Montgomery, Alabama, en el año 1955, los blancos de este país hubieran arrasado con los barrios de los negros, y aquí se hubiera formado la grande. Afortunadamente no estamos en el lugar ni en el tiempo para esta clase de discrimen racial, sino en un país donde los asesinos disparan a cualquiera, sean negros o blancos.

Lo más singular de esta trama no es tanto que haya sido un negro el que disparó, sino que haya sido un negro con el acento peculiar de los dominicanos. Aquí utiliza el testigo, hábilmente, la doble vara de la raza, por un lado, y de la nacionalidad, por el otro, para apelar a los odios incitadores de los blancos racistas y de los nacionalsocialistas a ultranza.

En fechas cercanas a la...

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