¿Bailamos?

Cezanne Cardona Morales

¿Qué tienen en común un panadero, un maestro, un cerrajero, un barbero, un policía, un mecánico, un mesero, una secretaria, un vendedor de verduras, un retirado, un vendedor de periódicos, un conductor de guaguas públicas y un camionero?

Según el nuevo anuncio televisivo de la Lotería Electrónica es que son infelices; quieren dejar su trabajo, perderse para siempre, descansar las veinticuatro horas del día, irse de crucero, montar cualquier negocio, viajar por el mundo entero, construir una casa frente al mar, irse a janguear con sus panas sin pensar, sin preocuparse por el criminalidad, ni por los pobres, ni por la clase media, ni por los derechos constitucionales, ni por la educación, ni por la trasportación pública, ni por un mejor sistema de salud. Al parecer, sólo quieren ser felices y ya, sin importar el coste. Y lo chévere es que lo cantan a los cuatro vientos; algunos con ritmo, otros un poco desafinados, pero todos unidos en el coro de una canción que popularizó Héctor Lavoe: "El día de mi suerte."

No hay que negarlo, la canción es pegajosa, pero no por eso el anuncio deja de ser un insulto a la escasa fuerza laboral del país. ¿Por qué no aparecen doctores, abogados, senadores, ingenieros y...

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