¿Bailar la vida?

JULIO E. FONTANET

CATEDRÁTICO DE DERECHO Y EXPRESIDENTE DEL COLEGIO DE ABOGADOS

Ciertamente la celebración como antídoto a los problemas no es nueva en nuestra historia. Desde la escuela intermedia, ya nos hablaban de la tres "b": baile, botella y baraja. Cómo olvidar aquellas profundas palabras de Miguel de la Torre: "Pueblo que se divierte, no conspira". A lo que podríamos añadir: no piensa. Hay que reconocer que, para bien o para mal, los boricuas tenemos fama de que sabemos divertirnos y, sobre todo, de ser buenos bailadores.

Lo más que resiento del anuncio es que desde hace mucho tiempo tenemos demasiadas cosas que hacer para mejorar la condición del país, por lo que realmente constituiría un ejercicio de irresponsabilidad ciudadana el pasar el tiempo bailando la vida. Por otro lado, esa forma de ver la vida es coherente con el neoliberalismo que promueve un individualismo egoísta y vanidoso y que, peor aún, ha llevado al mundo occidental a la bancarrota. A tono con lo anterior, me imagino que los próximos bailes ya no serán en pareja, sino uno "solo".

Como todos sabemos, no hay muchas razones para estar bailando. El país está en bancarrota, pero celebramos la llegada de megatiendas que tanto afectan nuestro ingreso nacional interno, como Wal-Mart, Walgreens, Costco y toda su progenie. Ese culto al consumismo desmedido y a la gratificación inmediata es la danza del momento, no el "Harlem Shake".

Tenemos una tasa de desempleo de más de un 14%, una fuerza laboral diezmada, un crecimiento negativo del Producto Nacional Bruto y se le rinde una lealtad esquizofrénica a los bonistas y a Standard y Poor's para poder seguir pidiendo prestado en lugar de incentivar la inversión de capital. ¿Y se supone que estemos bailando en lugar de buscar soluciones? Quién sabe, quizás en el tribunal de quiebras...

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