Bajo el aro

Félix Jiménez

Pintura y periferia y puntería -ese es el juego del baloncesto. Pero -juego al fin- termina y hay que quitarse el uniforme, bañarse, recoger los tereques y a otra cosa, muchacho. Recoger y buscar otra cosa que hacer resulta demasiado difícil para los que en el juego se convierten en eje de nacionalismos, suposiciones de éxitos eternos, ejemplos de ejemplos por jugar bien su juego. Pero, de nuevo, es un juego. ¿Qué se cultiva después que desaparece la carrera y las paradas y hay que quitarles el polvo a las medallas obtenidas y entender bien entendido que el overtime que queda es la vida?

Después que acaba la euforia es claro que se magnifican las faltas personales. Tras la idolatría el hambre y la gula persisten. Si se fue dominante en la cancha, algo se tiene que dominar después. Las cámaras se apagan y...

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