BARBADOS HACE LA DIFERENCIA

Por Pierre Dumas

Los nativos lo llaman "The bajan experience" en su idioma local, que nació del mestizaje del inglés y las lenguas africanas. El término "bajan" designa todo lo autóctono, desde la gente y su lengua hasta su cocina o estilo de vida. Los ingleses también llamaron a la isla "Little Britain", o el diamante más brillante de su corona. Los primeros colonos llegaron a Barbados en 1627 y, a diferencia de la mayoría del Caribe, desde entonces el territorio nunca cambió de manos.

Aquellos primeros colonos eran ingleses pobres a quienes se les había prometido tierra a cambio de trabajo, para desmontar la selva tropical y preparar campos de cultivo. Sin embargo, pocos pudieron reclamar lo que les correspondía, diezmados a causa del clima y las enfermedades tropicales. Anthony Hunte, descendiente de uno de los pocos colonos originales, construyó un jardín abierto al turismo en las partes altas -con todas las reglas del 'gardening' inglés- y recuerda que sus antepasados llegaron aquí para trabajar en los campos de caña de azúcar, la principal actividad y fuente de riqueza hasta la era del turismo.

Era sin embargo una riqueza mal repartida, ya que -como en el resto de las Américas-Barbados recibió muchos esclavos durante los siglos XVII y XVIII. En 1684 había una proporción de tres esclavos africanos por cada inglés. Con el paso del tiempo la proporción se incrementó y hoy más del 90% de los barbadenses tienen orígenes africanos. La plantocracia, esa minoría blanca que formaba la aristocracia de las plantaciones de caña, prosperó hasta 1816 cuando una revuelta liderada por el esclavo Bussa llevó a la abolición de la esclavitud en 1834. La estatua de Bussa domina hoy una de las rotondas de mayor circulación del sur de la isla.

Como en cualquier tierra de impregnación británica, aquí se maneja a la izquierda y se cuenta en pies, pulgadas y millas. La independencia en 1966 no cambió para nada estas costumbres y mucho menos la afición de los isleños al cricket y al polo. Pero hay rasgos muy genuinos, muy 'bajans', como los que se pueden descubrir perdiéndose en la multitud de parejas un viernes o sábado por la noche en la playa de Oistins. Los campesinos vienen para bailar calipso de los años 50 y 60 mientras sus hijos se aglutinan un poco más lejos en torno de enormes parlantes que difunden rap...

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