Basket en la sangre

Por Carlos Rosa Rosa

crosa@elnuevodia.com

Un chiquitín de pelo lacio entra al tablero y corre a su lado. Es su hijo Alexander Andrés, de tres años.

Es una escena común en la liga; ver a padres e hijos compartiendo en la cancha. Una escena que Corky Ortiz, hijo, vivió en su infancia. Muy pequeñito, él también corrió al lado de su progenitor Andrés 'Corky' Ortiz, un estelar jugador de la liga superior en la década del 1980.

"Iba a la cancha en Guayama y después en Coamo", recuerda el alero acerca de los equipos de su padre.

Corky Ortiz, hijo, no pudo hacerlo por mucho tiempo. Hubiera querido hacerlo por más. "Lo hice como hasta los cuatro años. Después hubo una situación...", dijo el canastero sin ofrecer más detalles.

La última vez que entró con su padre a una cancha fue en el 1990. Los siguientes recuerdos, de su infancia y adolescencia junto a su progenitor, fueron lejos del tabloncillo.

Corky Ortiz, padre, fue arrestado por un caso de drogas. Cumplió unos pocos años en prisión y otros más en un centro de rehabilitación. Precisó que estuvo alejado de su progenitor por un espacio de 15 años. En ese tiempo siempre lo visitó.

"Siempre estuve en contacto. Mi mamá me llevaba a verlo. He tenido una buena relación con él. Siempre que tenemos una conversación me pide perdón. Se ha ganado mi respeto", aseguró el jugador, de 27 años.

Pese a la ausencia de su progenitor, Andrés amó el baloncesto, gracias al apoyo de su madre y dos hermanas mayores.

Siguió los pasos de su padre. Sobresalió en las categorías en Caguas, Las Piedras y Guaynabo hasta que firmó en la liga superior en el 2006 con los Mratonistas de Coamo. "Es como dicen; uno lleva el baloncesto en la sangre", apuntó.

"Siempre trabajé fuerte. No podía frustrarme. En las cosas negativas no puedes pensar".

Antes de llegar a la liga superior, él era solo 'Andy' en las categorías inferiores. Una vez llega al Baloncesto Superior Nacional (BSN) se convierte en el hijo de Corky Ortiz.

No fue tan sencillo asimilarlo, reconoció. "Me decían Corky, hijo, y no me gustaba. No lo toleraba porque nunca me llamaban así", declaró.

El tiempo pasó y él comenzó a aceptarlo. "Ahora lo llevo con mucho orgullo", afirmó el canastero, de ocho temporadas en la liga. "Y trato...

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