Basta ya de indiferencia

JORGE BENÍTEZ NAZARIO

Catedrático del Programa Graduado de Trabajo Social de la UPR, Recinto de Río Piedras

No obstante reconozco que, al igual que ha ocurrido en el resto de nuestra sociedad, la falta de valores ha llevado a algunos colegas a pensar que la investigación con fondos externos es fundamentalmente una fuente para el enriquecimiento personal. Por eso se inventaron reglas para la investigación que siempre se supo que eran contrarias a las leyes y reglamentación federal. Por eso se utilizaron los fondos externos para, simultáneamente, liberarse de sus responsabilidades docentes mientras se asignaron un sobresueldo. Por eso se concedieron a sí mismos los fondos que debieron ir a sus unidades académicas para la contratación de profesores para ofrecer los cursos de los que se "liberaban" para investigar, socavando la oferta académica a que tienen derecho todos los estudiantes que se matriculan en la UPR.

Esto último, más que la violación de alguna ley, es un robo a la UPR y a sus estudiantes, sin hablar de la sobrecarga académica que ha supuesto para los que no se "liberaron" de dar clases y asumieron responsabilidades por los irresponsables. El país completo conoce todo lo que he mencionado en términos generales, pero nosotros lo sabíamos hace tiempo y hasta que colegas valientes de Ciencias Naturales y de Ingeniería lo denunciaron a la National Science Foundation (NSF), todo continuó bajo un velo de total legitimidad y con el aval formal de las autoridades universitarias de todos los colores políticos y partidistas.

Los mismos procedimientos fraudulentos han ocurrido con algunos investigadores que utilizan sin escrúpulos los fondos del National Institute of Health y el National Endowment for the Humanities o cualquier otra fuente de fondos externos que se rigen por las mismas reglas del Departamento de Educación federal. En términos fiscales, una congelación o cancelación de los fondos de estas otras fuentes externas sería mucho más serio que lo ocurrido ya con la NSF, a menos que, claro está, nuestro presidente y la Junta de Síndicos decidan continuar subsidiando la barbarie con préstamos del Banco Gubernamental de...

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