'Sin esa beca no se podría soñar'

Por Keila López Alicea

keila.lopez@elnuevodia.com

Estudia a tiempo completo y corre contra el reloj para terminar en seis años su bachillerato con una segunda concentración en historia del arte. Aunque recibe la beca Pell completa, trabaja a tiempo parcial y ya ha recibido préstamos estudiantiles, el dinero apenas le da.

"Yo ni ropa me compro, me compro zapatos porque camino mucho, pero nada de gastos innecesarios", relató la joven estudiante de quinto año en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

El ingreso de sus padres no es suficiente para mantener la residencia familiar en San Sebastián y a ella en Río Piedras, por lo que le aterra la posibilidad de quedarse sin la beca Pell si se atrasa en su plan meticulosamente diseñado para graduarse el año que viene.

"No me puedo colgar ni me puedo dar de baja de ninguna clase. En la Escuela de Arquitectura es bien difícil porque hay varios cursos secuenciales, como las clases de diseño, y si me doy de baja de uno entonces me atraso un año completo, no solo un semestre", sentenció Serrano Monroig, cuya beca de $ 5,500 al año no está en peligro por el ingreso de su familia.

"La beca no te da. Sé que la opinión pública a veces dice que los estudiantes vivimos de la beca y la usamos para lo que no es, pero los que estamos dentro de la olla sabemos que es difícil, tenemos que hacer muchos sacrificios para poder...

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