Bichotes

Mari Mari Narváez

Llegan en sus vehículos con cristales de tinte oscuro y, sin encomendarse a nadie, ejecutan su misión. Están convencidos de que el asesinato es la única manera posible de resolver sus conflictos.

El fin de semana pasado, los gángsters del País mataron a veintiocho personas. Todos sufrimos el espanto, vivimos en el pánico. El gobernador dice que es cuestión de recuperar nuestros valores. Y lo dice el mismo día en que su gatillero mayor, Marcos Rodríguez Ema, ejecuta una de sus ya habituales aniquilaciones. A lo troglodita. A lo bien macho. A lo déspota.

¿Cuál es la diferencia entre estos "bichotes" que asesinan a un hombre para apoderarse de su punto y este "secretario" que manda a eliminar a una joven competente y decente como Rossana López, para apoderarse del manejo de unos fondos (federales) para los envejecientes que ella defiende con uñas y dientes y que, por tanto, él no puede controlar (o malversar)? O entregárselos a los ya ricos para que sean aún más ricos a cuenta del dinero público, que viene siendo lo mismo.

Ah, bueno, que no la mató. Se...

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