ENTRE EL BIEN Y EL MAL
Por Ileana Delgado Castro
idelgado@elnuevodia.com
Son creencias que, en algunos casos, provocan que las personas tomen decisiones sin consultar con un experto o un profesional de la salud y que, a la larga, pueden tener efectos no esperados en su bienestar.
Pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, todo se reduce a tener un balance en lo que se hace en la vida para lograr el bienestar. Y para conocer los pros y los contras de algunas creencias populares, la Dra. Anibelle Altieri, especialista en medicina interna y bariatría, muestra ambos lados de la moneda sobre tres temas impor tantes de salud: estrés, ejercicio y vitaminas.
Las vitaminas
Una dieta saludable y balanceada, que incluya entre tres y cinco porciones de frutas y vegetales todos los días, es importante para mantener la salud. Más que nada porque contienen vitaminas, minerales, fibras y fitoquímicos que protegen tu cuerpo de enfermedades como el cáncer, la diabetes y afecciones cardiacas, entre otras.
Lo positivo
La realidad es que una gran parte de la población no se alimenta adecuadamente. Por ello, para muchos la solución perfecta es tomar vitaminas que complementen su dieta y promuevan una mejor salud.
Y es que la deficiencia de nutrientes de importante contenido vitamínico puede tener consecuencias severas. Tomemos como ejemplo el consumo excesivo de las vitaminas A, D y E. Según la Dra. Altieri, la presencia de la vitamina A es necesaria para la salud de la retina y de la piel. En el caso de la vitamina D, por ejemplo, se ha descubierto que en los últimos años su deficiencia se relaciona con cáncer de seno y de colon, osteoporosis y fracturas patológicas. De igual modo, la falta de vitamina E, un potente antioxidante, reduce la capacidad del cuerpo para proteger las células contra los efectos de los radicales libres.
Lo negativo
Aunque tomar vitaminas para suplementar la dieta puede tener un efecto positivo, la realidad es que también tiene un lado negativo. Según la Dra. Altieri, altos niveles de la vitamina A pueden "causar toxicidad y producir exfoliación de la piel, necrosis hepatocelular, problemas de alopecia, dolores musculares y de los huesos y dermatitis, entre otras afecciones". Asimismo expresa que, además de ser tóxica, la ingesta en demasía de la vitamina D puede ocasionar niveles anormalmente altos de calcio y de fosfatos, daño renal y alteraciones mentales.
Mientras que el consumo desproporcionado de la vitamina E está vinculado a un aumento en el...
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