BochorNO

Mari Mari Narváez

Si por nuestros políticos fuera, nuestro perfecto lugar en el mundo sería el de bailar en un solo pie para españoles y estadounidenses por igual. Fíjese bien. El mensajito que se envía por todos los medios desde la institucionalidad pública es siempre entregarlo todo, una incitación constante a la erradicación de nuestro poder.

Eso es también lo que buscan los propulsores de la enmienda al derecho constitucional a la fianza. Que usted y yo sigamos entregando nuestros ya raquíticos poderes. En cualquier lugar del mundo la idea nada más sería impensable, impresentable. Pero no en Puerto Rico, donde todo lo que abone a nuestro complejo de insignificancia siempre tiene salida.

Con las enmiendas al código penal, ya nos arrebataron el derecho a protestar, uno de los más primales de cualquier...

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