Los bolsillos que dejó Irma

Puerto Rico anda de bolsillos. En estos días, de bolsillos rotos por el gran bolsillo en el que nos hemos convertido después del huracán Irma.

Bolsillo de una oscuridad que nos acompaña hace 10 días (para algunos) después del fenómeno.

Ese bolsillo no discrimina. Dentro de él hay negocios, hogares, centros comerciales y templos.

De ser una bombilla gigante (según una foto provista hace años por la NASA, tomada de noche, desde una nave espacial) la zona metropolitana no alcanza a ser ni jacho en manos del campesino de antaño.

Nos gustan los bolsillos. Los llenos de dulces cuando éramos niños. Los llenos de dinero cuando somos adultos. Los llenos de contratos cuando somos empresarios y comerciantes.

El otro día me hablaban de un comerciante que se ha llenado los bolsillos aumentando el precio de los generadores eléctricos, desmedidamente. Su bolsillo reluce de plata a costa del bolsillo lleno de la noche oscura, del padre y la madre de familia, que lucha por los suyos.

Hay bolsillos de los trabajadores de la AEE haciendo piruetas y malabares para acabar el bolsillo de...

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