Un 'Borat' boricua explora en África

África

El plan de ir a Etiopía era de "Mark", la pareja con quien vive en Mónaco, el exclusivo principado francés, residencia de magnates. (Es el segundo estado independiente más pequeño del mundo, después de El Vaticano. Mide sólo dos kilómetros cuadrados.)

"Soy el único puertorriqueño que vive en Mónaco", dice Marco, quien habla español con acento pues se crió entre Asia, Estados Unidos y Puerto Rico, llevado por su padre que se desempeñaba como militar.

Entonces, el día en que Mark saldría un mes de expedición por Etiopía junto a sus amigos multimillonarios se enfermó y desistió de ir al viaje. Así que el plan cambió. En su lugar, le pidió a Marco que fuera a grabar la hazaña en una película. Así fue como este puertorriqueño terminó cambiando lujos por lo esencial, viviendo y documentando en tono jocoso, la cotidianidad de este país al norte del continente africano.

Cuenta que aprendió a sustituir vino por toallitas húmedas. Y lidió con duchas improvisadas a la intemperie. Sin embargo, al final del mes resume su experiencia como un lugar hermoso con gente agradable que comienza a abrirse al turismo. Aunque, asegura, todavía no es un destino masivo.

En el documental detalla el recorrido que incluyó visitas a Harar, Aksum, Tana, Gondar y Lalibela, la capital. En el trayecto, Marco reseñó - además de su "martirio"- lugares inhóspitos y prácticamente inexplorados.

Viendo imágenes del viaje, muestra un área de volcanes activos, por ejemplo el Dallol de donde brotan manantiales ardientes anaranjados, verdes, blancos o amarillos, como una melcocha de azufre con otros minerales.

"Parecía otro planeta. Quería caminar, pero me advirtieron: 'No debes porque la última vez alguien cayó en un hoyo y murió'", dice con tranquilidad y el sentido del humor que prevalece durante el filme de casi una hora de duración.

Habla del desierto de Danakil , situado dentro de la depresión de Afar, en Etiopía. Este es uno de los puntos más calientes del planeta con temperaturas diurnas que superan los 100 grados Fahrenheit.

"Es un lugar muy peligroso", explica Marco, porque además de ser caliente está a más de 200 pies bajo el nivel del mar. "Cuando llueve, la gente muere. Y empezó a llover cuando estaba ahí. Imagínate", dice.

En la cinta, que estrenó recientemente por televisión, a través Direct TV, aquí en Puerto Rico y Latinoamérica, se explica que aunque la gente no vive en este desierto, aquí llegan en camellos para extraer sal con procedimientos artesanales...

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