Boricua lidera la Universidad de la Ciudad de Nueva York

NUEVA YORK.- Félix Matos Rodríguez es uno de esos educadores que no puede esconder hasta qué punto apuesta a los estudiantes como agentes de un mejor tejido social. No hay que tomar clases con él para percibir su vehemente defensa por hacer de la universidad un espacio para el pueblo, donde cualquier persona pueda construir un mejor futuro intelectual y económico para sí mismo y una sociedad más equilibrada.A sus 57 años, el puertorriqueño se convirtió recientemente en el octavo rector de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) y el primero procedente de un grupo minoritario del sistema que se compone de 25 instituciones universitarias, que acogen a cerca de 275,000 estudiantes.La historia de Matos Rodríguez en CUNY inició en el Centro de Estudios Puertorriqueños en Hunter College, donde estuvo de 2000 a 2005 como profesor y director de la institución."Yo no estaría en el sistema de CUNY si no hubiese sido inicialmente por esa inversión en un espacio como el Centro de Estudios Puertorriqueños", reflexiona quien tiene un bachillerato de la Universidad de Yale en Estudios Latinoamericanos y un doctorado en Historia de Columbia University.En 2005, Matos Rodríguez dejó CUNY y regresó a Puerto Rico como asesor de asuntos sociales y de salud para el gobierno de Aníbal Acevedo Vilá y, en 2006, fue nombrado secretario del Departamento de la Familia. Para él, esos cuatro años significaron "una experiencia de servicio de gran satisfacción" con "un jefe muy generoso", aunque en el marco de "un momento político difícil".Al regresar a Nueva York en 2009, presidió Hostos Community College, en el Bronx, hasta 2014, cuando llegó a presidir Queens College. Bajo su administración, en estas instituciones mejoraron las tasas de graduación, se atajó la deserción estudiantil y se incrementó la diversidad de la facultad y la administración. Matos Rodríguez celebra esos logros con humildad, reconociendo el trabajo de sus compañeros y el sistema para concretarlos.Pero en una ciudad que se distingue por su diversidad y los profundos niveles de disparidad social, Matos Rodríguez entiende que la universidad tiene que ser agente de "conversaciones, intercambios y entendimientos porque, el que todo el mundo esté junto en un espacio, no siempre es garantía de que estamos aprovechando al máximo esa oportunidad que la gente se ponga en los zapatos del otro".Los primeros días como canciller son una amalgama de ilusión y jornadas ocupadas, particularmente porque...

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