Borinquen la llama

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

Nacida en Ponce, la actriz se crió en Japón, donde incursionó en el modelaje durante su temprana adolescencia. Luego se mudó a Arabia Saudita con su padre, dedicado a la ingeniería petroquímica. Y a los 15 años la vida le volvió a cambiar.

"En Arabia no permiten que los extranjeros vayan a la escuela secundaria bajo la alegación de que llevan drogas, sexo y violencia a su sociedad. Para que mi papá pudiera trabajar me fui a Los Ángeles. Verme sola fue difícil, pero estaba muy disciplinada viniendo de tantas reglas", dice.

Una de esas normas, la de vestir de modo recatado, fue aplastada por "la libertad" que vivió a su llegada a los Estados Unidos. "Siempre me sentía más cómoda cubriéndome la piel", menciona, aunque asegura ya haberse acostumbrado a usar bikini.

Hoy, tras una década radicada Hollywood, la artista de 29 años tiene cerca de 100 anuncios comerciales a su haber. Y entre los más recientes destaca uno que aparece junto a George Clooney para Nespresso y otro con John Stamos para Oikos Greek Yogurt.

Con ese empuje, la modelo se convirtió en una de las nuevas portavoces de Garnier. Y la cadena española Mango la contrató como imagen y actriz de una serie cibernética en la que interpreta a "Brenda", una publicista agresiva y dispuesta a traicionar a cualquiera.

"Fue divertido porque no soy así, aunque sí admito que en Los Ángeles hay mucha gente superficial y narcisista. Te toma tiempo establecer conexiones saludables, porque hay que sacar la mala hierba para encontrar buenas amistades. Por eso estoy feliz de...

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