Brown

Raúl J. Feliciano

Cuando comparto esto con alguna gente en Puerto Rico, veo escepticismo en sus caras. A veces me dicen: "Ay, déjate de ridiculeces. Eso ya no es así allá". ¿Cómo, entonces, explican los insultos racistas que recibió el niño estadounidense de ascendencia mexicana Sebastien de la Cruz cuando cantó el himno de su país (Estados Unidos) en un juego de la NBA?

Es que somos muy "sensibles". ¿No entendemos un chiste? Es "gracioso" que le digan "wetback" a un niño de 11 años y lo acusen de ser un inmigrante ilegal.

¿Y qué de la violencia virtual que recibió Nina Davuluri, la neoyorquina de ascendencia india que ganó la corona de Miss America? Claro, igualmente, son chistes. Puros chistes. ¿Acaso no tienen sentido del humor? Bendito, es un humor muy sofisticado. No todo el mundo puede entender que acusar de terrorista a una joven, cuyo único pecado es tener un nombre "exótico" y la piel marrón, es humor "avant garde".

Está bien. Son chistes. Las palabras no hieren (supuestamente). ¿Cómo explicamos, entonces, el asesinato de Jonathan Ferrel por...

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