La brújula que le dictó el éxito

Por Ivis Negrón Pérez

ivis.negron@gfrmedia.com

Una década después, cuando mira atrás, Caminero comprende que su brújula funcionaba. Solo quería llevarle por desvíos, atrechos y rutas un tanto accidentadas, que le permitieran degustar el sabor del sacrificio, el placer de la perseverancia y el privilegio de servir.

"Estos últimos años de mi vida han sido superbuenos", comenta este contable, propietario de Quality Quick Tax, una empresa de consultoría que fundó en el 2006 y que ya cuenta con 18 empleados fijos y 4 sucursales en sociedad. Para alcanzar ese progreso en medio de un escenario macroeconómico poco alentador, antes tuvo que sobrepasar grandes contrariedades. Pero Caminero asegura que nunca desistió.

No conoció a su padre biológico y fue criado por un exmilitar, una combinación que lo indujo a independizarse antes de completar su escuela superior. Vivía solo o compartía alguna pequeña habitación con algún amigo, mientras trabajaba como repartidor de periódicos. Soñaba con ser médico, pero no tenía con qué. Hubo quien lo consideró "un bandolero de la calle", dice, aunque estaba seguro de que no lo era. Lo que no tenía muy claro era qué rumbo tomar para convertirse en un profesional, hasta que una oferta para una beca de la Universidad del Este en Carolina le dio la oportunidad que esperaba.

Todo comenzó a mejorar. Laboraba como "merchandiser" de una compañía farmacéutica mientras estudiaba. Comenzó a sentir un alivio en el bolsillo, mas el gozo le duró poco "porque no me supe administrar". Adquirió muchas deudas, como la motora en la que se accidentó una noche de agosto del 2005. Su brújula, de nuevo, marcaba otra ruta.

Caminero estuvo seis meses postrado en cama por una fractura...

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