Buena mesa entre amigos

Brasil

Desde aquí se divisa también un espléndido panorama arquitectónico, experiencia que se remata visitando el Pan de Azúcar, lo que recomiendo al atardecer. Este es un pico situado en la boca de la bahía de Guanábara a unos 1,300 pies sobre el nivel del mar. Se llama así por la forma de los panes de azúcar que se horneaban en los hornos criollos en siglos pasados moldeados con punta redondeadas.

Quien va por primera vez a Rio, debe tomar una excursión que recorra la ciudad y que incluye básicamente al Corcovado y al Pan de Azúcar, así como una visita a los barrios, muchos de ellos tocados por su propio trozo de mar, y su propia demografía socio-económica.

El más conocido es Copacabana, donde se arremolinan locales y turistas en la amplia orilla de arenas blancas, pero donde se ve poca gente metiéndose a las aguas que son heladas.

O Ipanema, con una actitud y un ambiente más chic; o por el barrio bohemio cerca del centro. La Catedral de Rio tiene una arquitectura fuera de lo tradicional, y hay que ver el teatro de la ópera, así como algunas iglesias antiguas y bibliotecas.

Visitar favelas, los arrabales famosos de Brasil, y los estudios de televisión -como Globovisión- donde se han filmado las telenovelas que hasta hemos disfrutado por acá, es también una actividad obligada. Para todo ello hay excursiones.

Pero donde hay que hacer punto y aparte -fue mi norte en este primer viaje a Rio- es en la aventura de adentrarse en una gastronomía que combina lo mejor del mundo indígena, europeo y africano. Algo que hace empatía con nuestro paladar. No crean que la cocina de Brasil se limita a las feijoadas. Es un mundo fascinante, complejo y con particularidades por región.

Desde una colina en el Barrio de Santa Teresa, la parte colonial de Rio de Janeiro, pasé toda una tarde del domingo conversando y degustando manjares artesanales de la cocina de Brasil con João y Pedro Hermeto, propietarios del Restaurante Aprazivel.

En el 1997 abrió sus puertas con la idea de acomodar la demanda que iba teniendo el concepto de servir a comensales en la casa de la chef Ana Castilho, graduada del Instituto Culinario Francés de Nueva York en 1990. Los dos hijos de Ana, Pedro y João corren el negocio en la espléndida casa donde se criaron.

El menú es tan variado como la conversación con los anfitriones. Para comenzar hay un sinnúmero de aperitivos - le llaman petiscos- Los panes son especialidad de la casa, como el tradicional pan con queso, y el pan con queso y...

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