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Con la bancarrota del Estado Libre Asociado (ELA, colonia o territorio) llega la tan deseada auditoría de nuestra deuda, en la cual no habrán ganadores.

Ni bonistas buitres de la comunidad de Estados Unidos globales o del patio. Espero no la puedan usar en contra de Puerto Rico y aumentar a más de un 20% el pago proyectado de la deuda.

También perderán el Gobierno central y los municipios, todas las corporaciones públicas y, por ende, todo el pueblo de Puerto Rico. Al menos la hemorragia de gastos no sustentables llegará a su fin.

En sumario, todos seremos perdedores. Pero tenemos que estas pérdidas como una gran oportunidad y un claro camino hacia un futuro más próspero.

El resquicio de esperanza o “silver lining” de esta desastrosa y deprimente bancarrota es que traiga el fin de la colonia-territorio-ELA y podremos ver la proverbial luz al final del túnel, movernos hacia la independencia o estadidad y por fin poder reconstruir nuestra economía sobre una base más sólida.

Creo que la mayoría Boricua es silente en cuanto sus verdaderos valores, y en mi opinión esto es irrespectivamente de su afiliación partidista o estatus. Mi intuición me dice que esta mayoría silente es bien productiva, respetan la ley y orden, los derechos humanos y prefieren el diálogo y no la confrontación.

Estoy seguro...

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