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El gobierno de Puerto Rico acaba de acogerse al Título III de PROMESA; que no es otra cosa que declararse en quiebra. Por muchos años los gobiernos que han administrado el País no tomaron las previsiones necesarias para evitar un colapso.

El modelo económico del Estado Libre Asociado comenzó a dar señales de debilitamiento a comienzos de la década del setenta. El crecimiento económico que hubo con los programas de Fomento Industrial y Operación Manos a la Obra comenzó a resquebrajarse. La economía no producía lo suficiente para el sostenimiento del país.

Los gobiernos de turno tomaron dos caminos para sostener la economía en unos niveles aceptables. Por un lado se incrementó la infusión de fondos federales (cupones de alimento, becas universitarias, Programa Sección 8, WIC, subsidios para viviendas, etc). Con estos programas se fue creando una sociedad dependiente.

Por otro lado se comienza a endeudar el país. El Gobierno empezó a endeudarse mediante emisiones de bonos. Las corporaciones públicas y el Gobierno central se convirtieron en rehenes de los bonistas. Muchos economistas puertorriqueños advirtieron hace más de 40 años de la debacle financiera que se avecinaba si continuábamos así. Los administradores gubernamentales no escucharon aquella alerta y siguieron tomando prestado.

Al mismo tiempo, tanto el Gobierno central como las...

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