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Las noticias han sido copadas negativamente por el nuevo presupuesto gubernamental que deberá entrar en efecto pronto. Sin embargo, ya el efecto se ha estado sintiendo, y no en el gobierno. Diariamente nos enteramos de algún amigo o conocido, empleado del sector privado, a quien lo han dejado cesante o le han reducido su jornada de trabajo. Nadie pone en duda los resultados negativos y nefastos que una austeridad tan significativa va a tener en la actividad económica de nuestro país.

El problema es que con la continuada y acelerada contracción económica que se avecina, la base contributiva en la cual se basan los ingresos incluidos en el Plan Fiscal, se va a ir reduciendo significativamente, lo que forzará al gobierno a buscar nuevas fuentes de recaudos y de reducción de gastos que acelerarían aún más el decrecimiento económico. Por lo tanto, el fin de la crisis se irá alejando cada día más, en vez de acercarse.

Esta situación la previeron los autores de la Ley PROMESA, en el Congreso, al incluir un grupo de trabajo bipartita para preparar una lista de sugerencias de medidas legislativas que pudieran estimular la economía de Puerto Rico mientras se aplicaba el Plan Fiscal. Se creó además la posición de un Coordinador de Infraestructura que tanto necesita nuestro pueblo, y que pudieran tener un buen potencial de creación de empleos. El grupo de trabajo sometió una serie de recomendaciones el pasado diciembre, justo...

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