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Es sorprendente que se considere llevar a cabo una cirugía bariátrica en un niño obeso, procedimiento que, aunque recomendado en algunos adultos, no así en niños.

Llevar a cabo alteraciones en el sistema digestivo de los niños les pone en riesgo de sufrir deficiencias metabólicas y retardo en su crecimiento. Sin mencionar dificultades emocionales ligadas a sus restricciones alimentarias, que los hacen considerarse “diferentes” a los demás, llegando a sufrir depresión y aislamiento.

Es sabido que el sobrepeso o la obesidad en los niños y adolescentes está asociada al desarrollo de diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares, problemas ya encontrados en nuestra población infantil. Estos niños obesos, con mucha probabilidad llegarán a ser adultos obesos, con todas las enfermedades y dolencias asociadas a la condición y una gran utilización en servicios de salud.

Pero reducirle el estómago a un niño mediante cirugía o balón intra-gástrico no es la solución cuando los padres no llevan a cabo las costumbres alimentarias básicas como lo es preparar los alimentos en el hogar.

¿Cómo vamos a indicarle a un niño que su dieta debe estar basada en vegetales, ensaladas, frutas, carnes blancas y pescado descartando las bebidas gaseosas y las altas en azúcar...

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