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El país colapsó. ¿No entiendes? La prioridad del Departamento de Educación es dar de comer a la gente. Esas fueron las palabras de la secretaria de Educación, Julia Keleher y el secretario de Educación Especial, Eliezer Ramos, al exponer nuestra preocupación por el traslado de los alumnos de la Escuela Elemental de Guaynabo a un plantel que la comunidad escolar entendía que no tenía las condiciones para recibir a nuestros estudiantes de educación especial.

El reclamo no se basaba en que sacaran a los damnificados, nuestra preocupación era que, si había que movernos, se contemplaran las necesidades de nuestros estudiantes con diversidad funcional.

Nuestros estudiantes con diversidad funcional llevan años enfrentando un huracán peor que María, un huracán que mantiene sus vientos sostenidos sin el respiro de un ojo que le permita una pausa, un huracán que teniendo todas las posibilidades de ofrecerle una calidad de vida digna a nuestros estudiantes, prefiere el costumbrismo del incumplimiento.

Ese huracán se enriquece con corporaciones inescrupulosas que dan servicios inadecuados con sus terapias grupales que responden a una cláusula de con trato y no a las necesidades reales de nuestros estudiantes, negándoles el derecho a un tratamiento digno que le permita alcanzar su máximo desarrollo. Es un huracán que cierra las escuelas para hacinar nuestros estudiantes, sin que puedan recibir un proceso educativo adecuado porque es humanamente imposible ofrecer calidad educativa a grupos de 40 estudiantes con más de la mitad del programa de educación especial. No provee a nuestros estudiantes...

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