CA1115_0008

Estoy sorprendido con la amonestación del Tribunal Supremo al licenciado Carlos Díaz Olivo, por falta de respeto y sus expresiones al juez Rafael Rojas, donde Díaz Olivo se quejó de represalias por haberle señalado al tribunal fallas en grabaciones y reproducción de procesos judiciales.Lo sucedido era de esperarse. Al fin alguien "explotó" con el estado actual de nuestra judicatura, donde nada se mueve y los casos tardan años en resolverse por la lentitud de los jueces, ya bien sea por sobrecargo de casos o por el poco empleo en que se envuelven la mayoría de nuestros jueces.Y el que protestó y señaló abiertamente no es uno cualquiera de nosotros. Díaz Olivo es abogado, es contable y es analista político. Y se le reconoce como persona competente y no se le sabe nada en cuanto a extremismos de opinión alguna.Ya era hora de que alguien levantara la voz sobre algo que saben todos los que tienen casos en corte o han participado como testigo en ellas. Aquí en Puerto Rico la justicia está paralizada completamente. Los casos se siguen acumulando a un ritmo mucho mayor que el ritmo a que se resuelven. Los jueces les piden a los abogados que no les radiquen sentencias sumarias porque los obligan a ponerse a trabajar inmediatamente en el caso y a resolverlo. La Oficina de Administración de Tribunales, bien gracias. El Colegio de Abogados no levanta la voz porque los relojitos siguen corriendo y ellos facturando. Los abogados llevan años de bonanza en su profesión. Hay...

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