Cabo Rojo, capital del espanto

Gisselle Ramos

Cabo Rojo

Los residentes, comerciantes y el público que nos visita tenemos que lidiar con un alto índice de delincuencia, escalamientos, asaltos a plena luz del día en el casco urbano y una desproporcionada tasa de desempleo que nadie puede o quiere resolver.

Cada día que pasa veo cómo la Capital del Turismo se convierte en una ciudad inhabitable y en la Ciudad del Espanto.

Las pocas esperanzas de progreso desaparecen ante un déficit que nosotros como pueblo no generamos, pero tenemos que cargar. De esta forma la respuesta obligada, para cualquier petición, se convierte en una...

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