CÁLIDA LLEGADA

croldan@elnuevodia.com

Sin saberlo, Lietchen quería un parto humanizado.

Y es que aunque no haya nada más humano que parir, muchos coinciden en que numerosos eventos acontecidos en los 1800 y 1900 fueron transformando el acto más natural de la vida en uno cada vez más mecánico. El parto humanizado es un término popularizado a partir del movimiento originado en diferentes partes del mundo, con particular intensidad en la década de los años 80, para rescatar unos principios básicos que buscan devolver al alumbramiento la calidez perdida.

Se trata de principios simples. Algunos de ellos incluyen el reconocimiento de la mujer y su familia como protagonistas, la eliminación de intervenciones médicas innecesarias y la difusión de prácticas que afectan positivamente el entorno emocional de la futura madre y sus seres más queridos. Además,. retoma prácticas de antaño tales como ingerir líquidos durante la labor de parto, adoptar diferentes posiciones corporales para facilitar el pujo y el manejo del dolor, que tras los avances en el mundo de la medicina se fueron erradicando.

Contrario a lo que erróneamente piensan algunos, el parto humanizado no se limita a parir en el hogar. De hecho, el término fue acuñado para referirse al trabajo de parto en el hospital, explica la partera Rita Aparicio.

Específicamente, comenzó a usarse con más formalidad a partir del 1985, tras la Conferencia Internacional sobre Tecnologías Apropiadas para Partos y Nacimientos. Las conclusiones de esta cumbre hoy son referencia para las políticas públicas sobre el cuidado del embarazo y el parto en todo el mundo.

Una de las bases importantes del parto humanizado es promover que la mujer se apodere de su embarazo ofreciéndose el mejor cuidado a sí misma. Es decir, que se haga responsable de su barriga cuidando aspectos como la alimentación y la salud física y emocional. En el caso de Lietchen, también incluyó elaborar un plan de parto. Se trata de un documento en el cual la mujer detalla aspectos de su parto que considera importantes para que sean tomados en cuenta por su médico y puedan ser cumplidos si no hay complicaciones.

"Fue como una lista de deseos, de lo que me interesaba en cada etapa del parto. Por ejemplo, que quería que fuera parto natural, sin medicamentos. Que no interesaba demerol, ni anestesia epidural, siempre consciente de que si había una emergencia tenía que evaluarlo", cuenta la mujer.

Comenta que llevó su plan de parto a su médico obstetra con cierto...

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