CAloR a La vENta

Por K. B.

Siempre miraba el ejercicio con temor de que al finalizar el planchado el pelo de la muchacha se quedara ahí en la tabla y ella horrorizada descubriera en el espejo un recorte inesperado.

Pero de eso hace más de veinte años y el asunto de la planchadera ha evolucionado muchísimo. Tanto que hoy día ya es prácticamente un anacronismo usar la secadora de manos de los baños para domesticar pollinas. Algo que, en su momento me pareció todo un acto revolucionario.

Hasta que el otro día andaba yo por San Juan y en un bar me topé con esta máquina que parece que oculta en sus adentros el secreto de la felicidad pollinal. Es de un color rosa estridente y al colocarle la friolera de $2 te permitirá sentir lo que es calor humano en la era de la sofisticada plancha de pelo. Salvarás tu pollina, acabarás con la onda rebelde, domesticarás todo aquello que la noche vuelve...

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