LA CÁMARA no suelta las dietas

Por Gloria Ruiz Kuilan

gruiz@elnuevodia.com

Y, mientras tanto, los representantes siguen aferrados a sus dietas -que fluctúan entre los $ 150 y $ 162 diarios por acudir a sesiones y vistas públicas-, así como a otros beneficios como el estipendio de transportación de hasta $ 1,460 mensuales.

Desde la puerta cerrada de su oficina, el presidente de la Cámara, Jaime Perelló, confirmó en declaraciones escritas que por el momento ese cuerpo no dará paso al proyecto.

Perelló dejó claro -en el comunicado- que la medida aprobada en el Senado pasará a formar parte de la discusión que realizará una Comisión Especial de la Cámara "para cumplir con los acuerdos llegados en Fortaleza".

Por su parte, el portavoz del Partido Popular Democrático (PPD) en el Senado, Aníbal José Torres, reconoció que no tiene expectativas de que el proyecto para eliminar las dietas sea aprobado por la Cámara para que pueda pasar a la firma del gobernador Alejandro García Padilla y se convierta en ley.

"La única expectativa que nosotros teníamos era que las dietas fueran eliminadas en el Senado y se eliminaron ayer (el jueves). Los senadores renunciaron a las dietas", dijo Torres.

"Si no progresara (la medida para eliminar las dietas) en la Cámara, va a progresar en una reforma legislativa el 1 de julio", agregó Torres. El presidente del Senado, Eduardo Bhatia, no pudo ser entrevistado ayer porque se encontraba fuera de Puerto Rico.

Aunque el proyecto aprobado en el Senado para eliminar las dietas no se convierta en ley, los senadores renunciaron voluntariamente a sus dietas en la sesión del jueves con efectividad inmediata. Los únicos que se negaron a ello fueron los senadores novoprogresistas Itzamar Peña y Carmelo Ríos. Su correligionaria Margarita Nolasco no ha aclarado si renunciará o no a su dieta.

El Senado ya había prohibido a través de una orden administrativa de Bhatia el pago del estipendio para auto de $ 1,400 y los vehículos oficiales.

El Nuevo Día supo que con la sorpresiva aprobación de la medida para aprobar las dietas, el Senado quería dejar de ser blanco de la presión pública. Los senadores estaban bajo fuego porque el 5 de enero anunciaron que renunciaban inmediatamente a las dietas, pero luego siguieron cobrándolas.

Torres reconoció que la presión pública ha sido contundente para empujar la reforma legislativa, aunque opinó que en ocasiones con fundamentos válidos y en otras ocasiones no.

"Las críticas contra el presidente del Senado han sido injustas...

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