Cambio de vida radical

end.croldan@elnuevodia.com

Si este es tu caso, o si simplemente quieres conocer el relato de cómo surge, cómo se organiza y cómo se concreta una idea como esta, tipo Eat Pray Love; sigue leyendo.

La vida es corta, así que lo mejor es dedicarla a aquello que te hace feliz. Con ese pensamiento en mente Jesiel Maxán, una arecibeña de 32 años radicada en Nueva York y dedicada al mundo de la publicidad, decidió un día hace poco más de dos años reinventar su vida profesional a base de dos grandes pasiones: la gastronomía y el interés por conocer otras culturas.

Pero antes de ese cambio, y con el propósito de adquirir experiencias que enriquecieran su nueva vida, estableció un plan que le permitiera viajar durante ocho meses a diferentes partes del mundo. Según su agenda, en cada destino conseguiría a algún local dispuesto a compartir con ella algunos secretos de cocina tradicional. ¿Cómo? Eso está por verse.

"Cuando tomé la decisión de hacer un cambio en mi vida, empecé un superplan de ahorro y me busqué un segundo trabajito. Siempre he sido buena administrando dinero, algo que en Nueva York es superdifícil, pero si te organizas se puede", explica la joven, quien muchas veces ha tenido que aclararle a los curiosos que no, no es rica.

Con miras a su meta, Jesiel se comprometió a dedicar más tiempo al trabajo y menos al ocio. Estuvo más de un año en un régimen estricto. Nada de comprar chucherías o antojos. Adiós a la tradición de gozar de la diversa oferta gastronómica los viernes y cero mañanas del placentero 'brunch' dominical. Pero como la necesidad es la madre de la invención, Jesiel halló la estrategia para sustituir sus rituales cocinando en casa, y preparando ella misma apetecibles mimosas. Sabía que renunciar a algunos deleites conllevaría ganancia al final del camino. Se lo repetía como una cantaleta para ganar fuerzas, pero además hacía y sigue haciendo como los niños: sueña despierta y mucho.

"Esa visualización me sirve de motivación para poner en acción un plan que me ayude a alcanzar lo que busco", comparte.

Durante su viaje, la trotamundos constató que no es la única con espíritu aventurero y que al igual que ella, en su gran mayoría, esas almas libres debieron someterse a un estricto plan. Prácticamente, todos los viajeros que conoció en su camino debieron hacer sacrificios para costear su travesía. Una pareja chilena, por ejemplo, estuvo trabajando sin cesar cada uno en dos oficios hasta saldar dos hipotecas. Durante un año...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR