Camino a brillar con luz propia

por Samadhi Yaisha

especial El Nuevo Día

Comencé un nuevo año, no con una resolución, sino escribiendo una guía para una vida nueva. Y la tracé sobre una piedra blanca. Tras haber quemado, en un cuenco ardiente, creencias sobre mí misma y sobre mis relaciones con los demás que habían repetido en ciclos una vida marcada por decepciones, ahora era necesario llenar el espacio con una visión nueva.

Al igual que la ceremonia del cuenco ardiente, en la cual quemamos lo que queríamos dejar atrás del año que terminaba, la ceremonia de la piedra blanca se llevaba a cabo en los primeros días del año en la comunidad de nuevo pensamiento que visitaba. El propósito era escribir en la piedrecita cuadrada y chata hacia dónde íbamos y qué queríamos hacer con los 526,600 minutos que tenía el año que se estrenaba.

"Si no crees firmemente en algo, cualquier cosa te derrumbará", nos dijo la facilitadora de la ceremonia. Propuso que nos hiciéramos tres preguntas que nos ayudarían a llenar ese espacio con una meta concreta: ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Quién va conmigo?

Y citando a la autora estadounidense Marianne Williamson, explicó: "Realmente, no tememos a ser inadecuados, tememos a nuestro éxito".

Busqué luego la cita de Williamson: "Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos a nosotros mismos, ¿y quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? Pero en realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres un hijo de Dios. Jugar a empequeñecerse no es de servicio para el mundo. Disminuirte para que los demás no se sientan inseguros a tu alrededor no tiene nada que ver con iluminarse. Todos estamos destinados a brillar como lo hacen los niños".

¿Quién soy? Un ser lleno de luz, escribí. ¿Hacia dónde voy? Hacia esa luz en confianza, aceptación, perdón y amor. ¿Quién va conmigo? Familia y amigos verdaderos.

Tras haber quemado creencias falsas, aún me costaba trabajo tener nociones más positivas y era momento de reemplazarlas con pensamientos nuevos, así que empecé a escribir lo que decía esta autora: "¡Soy brillante, preciosa, talentosa y fabulosa!" Me sonaba un poco falso, forzado, pero lo seguí practicando, a ver qué pasaba.

La facilitadora ampliaba sobre ello: ¿Quién soy? "Eres parte de la creación de este planeta. Eres creada a imagen y semejanza divinas". ¿A dónde voy? "Expresar y vivir...

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