El camino a la cárcel

No habíamos oído nunca a un gobernador de Puerto Rico decir que está dispuesto a ir preso antes de acatar una orden federal. No se vio tal nivel de histrionismo ni siquiera cuando más de 1,000 puertorriqueños fueron ingresados a la cárcel federal a principios de los años 2000 por interrumpir las prácticas de la Marina de Guerra de Estados Unidos en Vieques, ejercicios a los que también se oponían los dos que gobernaron durante esa campaña, Pedro “Don’t push it” Rosselló y Sila “la Marina se va en 90 días” Calderón.

Ricardo Rosselló lleva semanas diciendo que se enfunda el mameluco anaranjado de preso federal antes de ordenar que se le reduzca en 10% la jornada de más de 100,000 empleados públicos o que se les recorten los cheques a los pensionados del Gobierno.

Además, ordenó a sus jefes de agencia que no acaten órdenes de la Junta de Supervisión Fiscal, el organismo federal que controla a Puerto Rico y que sostiene que el Gobierno no alcanzó los ahorros acordados en el plan fiscal y que, por lo tanto, a partir del 1 de septiembre, ya mismito, tienen que recortarle dos días de trabajo al mes a los empleados públicos, con las tremendas consecuencias económicas que ello acarrea.

Días después de Rosselló, el presidente de la Cámara de Representantes, Carlos “Johnny” Méndez, también se metió a la fila de los rebeldes que irían presos antes de acatar tales órdenes de la Junta.

Son palabras gravísimas las que han dicho ambos.

La Junta, a la que el Congreso de Estados Unidos, que tiene todos los poderes sobre Puerto Rico, le dio todas las facultades necesarias para ordenar la melé financiera en que estamos, está esperando que el Gobierno les someta el plan mediante el cual implantará la reducción de jornada.

El Gobierno no lo ha hecho y dice que no lo hará por dos razones: primero, porque no lo considera necesario ya que alega haber hecho los ahorros exigidos y, segundo, porque no cree que la Junta tenga el poder de ordenar tal cosa.

Lo próximo, pues, es que la Junta va a la corte y si la corte le falla a favor, Rosselló, Méndez y sabe Dios cuántos más, u obedecen o “a las rejas”, como decía el tremendo juez de la Tremenda Corte, la clásica comedia radial cubana de la era pre-Castro y que todavía se transmite en Puerto Rico a diario en la emisora ponceña WPAB. Siempre hay la posibilidad de que el tribunal falle a favor del Gobierno, pero todos los que conocen la ley PROMESA la ven demasiado remota, porque ese estatuto, de verdad, le da poderes...

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