Por el camino más FRESCO

La Vía de la plata

SERIE OCASIONAL

Así es la ruta de la Vía de la Plata, un concierto de paisajes, sabores y experiencias que incluye algunos de los elementos más castizos de España, todo unido por el cálido trato de los habitantes de la región y que, pese a la crisis económica que azota al país, tiene muchísimo que ofrecer.

Contrario a lo que pudiera pensarse, no hay plata en el trayecto. El término alude al "camino enlosado", o la gran calzada que los romanos tendieron en su época de gloria para conectar las que entonces eran sus provincias en esta zona. Hoy solo quedan segmentos de dicha calzada, así que le toca al viajero reimaginar el itinerario que esta marcaba, apreciando el gran legado que representan las ciudades, palacios, termas (sistemas de calefacción), templos, fortalezas y campos que lo jalonan.

La porción superior de este viaje comienza en Zamora y llega hasta Gijón, en la costa del Cantábrico, visitando La Bañeza, León, La Pola de Gordón, Geras, Gijón, Bueño y Aller. Quienes deseen emprender la ruta completa, desde su extremo sur, la comenzarán en Sevilla.

La amabilidad de gente de pueblo pequeño, en el mejor sentido de la palabra, define a muchas de estas ciudades.

Una joya por descubrir. La primera impresión que se tiene al llegar es que Zamora se detuvo en el tiempo, en una época de palacios de piedra, caballeros andantes e iglesias oscuras. Sus ricos matices se van revelando después, poco a poco.

Ciudad de 65 mil habitantes, capital de la provincia homónima (la tercera más grande de España), Zamora está situada sobre el Duero, a apenas 32 millas de Portugal.

El trazado totalmente irregular de las calles del casco antiguo habla de una ciudad que se fue ajustando a sí misma según fue creciendo. De hecho, nunca ha dejado de crecer. Como prueba de su pujanza, en los últimos 10 años ha inaugurado cuatro hoteles de cuatro estrellas, que se vienen a unir al Parador, que también tiene cuatro estrellas.

Hace unos años se restauraron 23 iglesias románicas y todo el casco urbano, que muestra una abigarrada mezcla de edificios de los siglos 16, 17, 20 y 21.

Visitas esenciales: la imponente Catedral, la Iglesia de la Magdalena (una de las más representativas del arte románico), el Mirador del Troncoso (para apreciar la vista del Duero y el puente medieval), el Palacio de Zamora (en restauración) y los magníficos restaurantes Serafín -típico zamorano- y Las Aceñas, con su agradable terraza sobre el Duero.

Para los amantes del...

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