Camorra

Manolo Núñez Negrón

Desde luego, el juego de la política partidista requiere cierta dosis de salvajismo, de caníbales instintos, y siempre ha dependido de procedimientos que, en justicia y para hacer honor al eufemismo, pueden llamarse poco ortodoxos.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte esas prácticas, antes relegadas a cuartos oscuros y reuniones secretas, se llevan a cabo a plena luz del día, con total impunidad, exactamente como los sicarios que, a las tres de la tarde y en medio del tapón, te llenan el carro de balazos en pleno Expreso Martínez Nadal.

Estamos, y sobran pruebas que lo confirman, ante una "gangsterización" de la gestión pública y los procesos democráticos. Héctor O'Neill, dueño y señor de Guaynabo City, decide que se le acabó la cuerda a Ángel Pérez, otro que tal, y monta el operativo para acabar con su carrera legislativa, a lo Vito Corleone.

Durante el vendaval, salen en su defensa colegas y cofrades, y todos le declaran, por unanimidad...

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