Del campo a la ciudad

Buenos Aires

Cada domingo, de abril a diciembre, entre las once de la mañana y las ocho de la noche miles de argentinos y turistas llegan a este barrio porteño para conocer la feria, en la intersección de las avenidas Lisandro de la Torre y De los Corrales, que ya es un clásico de Buenos Aires. Sus orígenes se remontan al año 1986, cuando surgió como un espacio para difundir las raíces culturales argentinas, y con el tiempo se convirtió en una tradicional excursión de fin de semana. Año tras año se fueron sumando más puestos y hoy ya son más de 300. Cada uno de ellos representa a una provincia argentina, con productos típicos como mantas, ponchos, artesanías en cuero, platería y muchas cosas más. La feria consta de tres áreas básicas presentes todo el año: artesanías tradicionales, festival artístico y destrezas gauchescas, alrededor de las cuales hay talleres, charlas, exposiciones y proyección de vídeos. Si bien es un lugar de difusión de nuestras raíces, los países vecinos también tienen su espacio y se celebran fiestas como la de la Pachamama, el Día Internacional del Folclore, Carnaval y la Independencia del Brasil.

Una vez izada la bandera, la Feria de Mataderos ya está formalmente inaugurada. Mientras algunos almuerzan, otros deambulan por los puestos y más gente sigue llegando para el mate (tradicional infusión argentina) con pastelitos de la tarde. Entre tanto, la pista de baile se sigue animando y agrandando con gente de todas las edades y por el escenario desfila un sinfín de cantantes y grupos folclóricos. Por estas mismas tablas han pasado grandes artistas argentinos como Víctor Heredia, Eduardo Falú, Ramona Galarza y el Chango Spasiuk.

Dos iconos arquitectónicos enmarcan la concurrida cita. Por un lado, la vieja Recova del ex Mercado Nacional de Hacienda, inaugurado en 1890, una de las pocas y más antiguas que aún quedan en la ciudad. Junto con el resto del conjunto edilicio es Monumento Histórico Nacional desde 1979. Además, en la planta baja funciona desde 1964 el Museo Criollo de los Corrales, un sitio costumbrista que exhibe la vida y las tradiciones del hombre de campo, albergando carretas, un aljibe, platería, una pulpería y muchos cuadros y almanaques del artista gauchesco Molina Campos.

El otro icono es el Resero, el primer monumento emplazado en el barrio recordando a los antiguos reseros que arreaban las vacas del campo al matadero. En épocas pasadas eran los responsables de asegurar la buena condición en que llegaba...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR