La CaNcIóN rOjA

POR EL INFILTRADO

Sobraba la lentejuela y faltaba la juventud. Me apeteció un champán, por aquello de que ahora ando refinado y alejado de cualquier vulgaridad. Pero, ¡Horror! No habían copas apropiadas. Las esperé. Que nadie diga que quedan rastros de cunetas riopedrenses.

Al poco rato, entré a la sala. Cuanta civilidad, cuanto ji, ji, ji. Cuanto ja, ja, ja. La escenografía era impresionante, lo admito. La Orquesta estaba trepada en un segundo piso. Bailarines coqueteaban con el público creando la tónica del Cabaret.

Arrancó la función con un elenco que no paró de impresionar tanto por sus voces como por sus interpretaciones. Ernestito Concepción se transformó ante mis ojos de un anfitrión excéntrico y gracioso a una metáfora de carne y hueso de la tristeza maquillada de las calles.

Cantaron mucho, cantaron tanto. Sara Jarque cantó y cantó, insistió en que la vida es un Cabaret, se colgó de la ilusión de las luces y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR