CANCIONES DEL CAMINO
por luis r. trelles. Especial El Nuevo Día
FOtos ÁNGEL l. GARCÍA
El disco homónimo que sacó en el 2005, su primero, sirvió de carta de presentación para una voz fresca que ondulaba entre lo vulnerable y lo seductor. Aquel sonido orgánico, en el que se mezclaba lo caribeño con toques del Brasil, ha evolucionado. "El pozo" es un álbum enchufado que explora fronteras más eléctricas.
Yarimir en sí es una mujer menuda. Para esta entrevista llegó con su compañero del camino, Mark Underwood (DJ Nature). Su pelo corto y revoltoso en conjunto con sus gafas oscuras le dan un tumba'o parecido al de aquel Bob Dylan que transicionaba del folk acústico al rock. Pero Mima no deja de perder su cualidad de chica curiosa y abierta al mundo, como la niña de Colegio Montessori que una vez fue.
La etapa en que se encuentra ahora es ajetreada y productiva. No solo ha terminado un proyecto que le tomó cinco años, también se prepara para un concierto gratuito en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras el próximo miércoles. Así marcará el lanzamiento oficial de un disco esperado por muchos.
"Uno de los grandes atributos de este trabajo es su valor artesanal", dijo con un tono pausado y reflexivo. "Yo disfruto mucho de eso en todo lo que hago: el detalle".
Gestado y grabado entre Puerto Rico, República Dominicana, Texas e Indiana, "El Pozo" recoge el andariego estilo de vida de Yarimir luego de su primer álbum. Esas escalas realizadas durante el proceso creativo le proveen una identidad al disco. "¡Es un documento boricua-dominico-tejano!", mencionó entre risas. "Definitivamente son canciones del camino".
En cada parada ha estado Mark Underwood, con quien ha sostenido una colaboración larga y fructífera. El veterano DJ y productor plasmó una buena parte de su sensibilidad musical en el disco. Oriundo de Indiana, Mark ha sido una presencia constante en las escenas locales del hip hop y otras fusiones inclasificables por más de 15 años.
"Me enamoré de la música de ella mientras la tocaba en el cuarto de mi casa", confiesa Underwood con su acento americano salpicado con inglés. "Yo quería que tocara la guitarra lo más posible".
El proyecto, de hecho, hizo de Yarimir una guitarrista. Eléctrico, acústico o revestido con diversos efectos, el instrumento se convierte en hilo conductor. "Es mi primera vez tocando guitarra ", admite Yarimir. "No tengo una formación musical consistente", añade antes de aclarar que ha tenido el...
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