Canta, baila, piensa

Por Tatiana Pérez Rivera.tperez@elnuevodia.com

Foto Nacho Rojas / suministrada

En el espejo ve a Alex Anwandter, el chileno que nació en Santiago en el 1983 de ascendencia alemana y cuyo enamoramiento con la música ya pasó de simple coqueteo hasta alcanzar categoría de definitivo.

Ve su cabello cortísimo en estilo asimétrico y sus ojos claros pero al otro no lo ve; al "Príncipe emergente del pop chileno" del que hablan en cuanta entrevista o crónica que de su persona pública se escribe en estos días.

"No pienso en mí en términos reales. Por mi sanidad mental, no es bueno que lo haga", confiesa con su suave hablar.

"Pero entiendo por qué lo dicen", reconoce y comenta sobre el movimiento musical que hoy exporta Chile, reconocible porque "no le tiene miedo a tener mal gusto siendo muy original", porque es divertido y honesto en sus letras. Pop bailable y profundo.

"De ese pequeño movimiento soy uno de los artistas más conocidos", acepta Alex quien se presentó hace poco en La Respuesta y retorna a la Isla en octubre a grabar el vídeo de su tema "Tormenta", junto al realizador boricua Álvaro Aponte Centeno.

Aquí le pasó algo que nunca había vivido en un show. Cuando iba por la tercera canción, el público se involucró tanto con el ritmo y la letra que olvidó que él estaba sobre el escenario. "Fue genial, la locura, estaban bailando y besándose. Se dejaron llevar a tal punto que no importaba la figura sobre el escenario", recuerda.

A esa figura le gusta el performance y "romper la barrera de la reproducción de un álbum sobre el escenario". Es uno de los legados que agradece a la banda con la que comenzó a tener éxito como vocalista, Teleradio Donoso, hasta que se disolvió en el 2009.

"Cuando partí tenía ese formato de grupo que existe hace sesenta años con dos guitarras, bajo y batería", explica, "una cosa muy clásica y yo mirándome los pies muy tímido tocando la guitarra. Me pareció muy insuficiente como show así que hubo una grande evolución al performance; me dí cuenta que la gente se entretenía más y los mensajes calaban más hondo. A mi me gusta bailar y desarrollé eso gracias a la banda".

Entonces comenzó a hacer un "pop bailable y emocional". Porque el pop le gusta, se ajusta a sus intereses. "Es el único género que no tiene género, me encanta que no tiene límites. Le incluyes elementos de donde quieras y va a seguir siéndolo", propone.

Lo del baile quedó establecido, le gusta. "Cuando uno afecta el cuerpo físicamente la letra entra desde...

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