Capital del pecado y del cine

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

De primera instancia, dado a que no hay una tendencia específica de género resulta difícil precisar cuál exactamente es la fijación de los estudios de cine con esta ciudad. Quizás los ejecutivos de Hollywood se identifican con la leyenda urbana que habla de aquellos que van a Las Vegas buscando fortuna y apuestan todo el dinero que tiene en una jugada incierta con el deseo de que les genere una fortuna más grande y duradera. Sin embargo, un análisis más minucioso de la forma en que la ciudad ha sido representada revela que la conexión entre el cine y Las Vegas es mucho más fuerte. Ambos han sido idealizados y difamados como espacios que tienen un glamour y una magia particular que crea la ilusión de que cualquier cosa puede suceder. Esta noción, aunque no sea del todo cierta, es lo que mantiene a las masas yendo al cine para escapar de su rutina cotidiana. Y es la misma que mantiene a Hollywood regresando a una ciudad donde no hay reglas y las que hay se rompen siempre con consecuencias espectaculares.

Las primeras representaciones de la ciudad en la pantalla grande no fueron particularmente significativas. En filmes como The Last Vegas Story (1952) y Crashing Las Vegas (1956) la ciudad sirvió de trasfondo a historias que comenzaron a crear su reputación como un lugar que puede llevar a grandes fortunas o a la ruina financiera.

Las Vegas adquirió más presencia en la cultura popular a principio de los sesenta con el estreno de la primera versión de Ocean's Eleven (1960) y el musical de Elvis Presley Viva Las Vegas (1964). En el primer filme la ciudad sirvió como una forma de enmarcar el atractivo particular de Frank Sinatra, Dean Martin y el resto del "Rat Pack". Las Vegas es proyectada como el lugar donde todos ellos pueden darle suelta a sus impulsos hedonistas y portarse mal. La trama que los tiene tratando de robar cinco casinos en una noche resulta ser completamente irrelevante, algo que Steven Soderbergh corrigió en su remake con George Clooney y compañía. En este primer filme se desarrolla por primera vez la fantasía de que Las Vegas es un lugar donde todo es una posibilidad. Treinta años después filmes como Swingers (1996), Go (1999) y The Hangover colocan a todos sus protagonistas masculinos en la misma ciudad tratando de tener el tipo de noche de la cual Sinatra y sus compadres estuvieran orgullosos.

En contraste, el filme de Presley sólo tiene la canción titular como un llamado a...

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