CARCAJADAS MORDACES

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

Pero la televisión ha comprobado que los llamados "muñequitos" no siempre son para los más pequeños de la familia. Sin embargo, ese compromiso de divertir y hacer reír a las masas a veces puede ir acompañado de una compleja crítica social.

"La animación dirigida a adultos ha tenido éxito, porque permite explorar historias con más arrojo y ambición que la programación convencional. Se pueden incluir más espacios y situaciones que en un 'sitcom' (tradicional). También permite a los productores tomar numerosos riesgos en el contenido porque, al fin y al cabo, los personajes no son personas, sino 'muñequitos' ", asegura la analista sociocultural y cineasta Frances Negrón-Muntaner.

Con esa meta de risa y concienciación, los programas "The Simpsons", "South Park", "Beavis and Butt-Head" y "Family Guy" se han destacado por su crudeza o irreverencia a la hora de acribillar los fenómenos e instituciones de la sociedad, sobre todo la estadounidense.

Sus críticas mordaces también le han ganado severas críticas por parte de diversos sectores de Estados Unidos, entre otros países. Aún así, tras muchos años al aire, espacios televisivos como estos sobreviven con altos índices de audiencia y hasta reconocimientos.

En el proceso, sin embargo, sus respectivos personajes han rayado en la intolerancia con la alegación de servir de autorretrato de la comunidad, sus líderes, tendencias y héroes.

"Estos programas crean un espacio surreal e irreverente para comentar sobre temas considerados tabú o polarizantes, como la disfunción familiar, la religión organizada, la explosión demográfica latina y el culto a la niñez", menciona la también investigadora.

Directo y sin escape

La ironía no es la norma de "South Park", que ha ganado cuatro Emmy en sus 15 temporadas bajo Comedy Central. Sus creadores Trey Parker y Matt Stone se han encargado de que la crítica social llegue directa, muy irreverente y sin escapatoria.

Para ello incurren en vulgaridades que retan los niveles de tolerancia de mucha gente y que le ganaron en 2001 un récord Guinness a raíz de la gran cantidad de lenguaje obsceno de su filme "Bigger, Longer y Uncut".

Y no es para menos. Basta resaltar que no temieron decir "nigg..." -palabra políticamente incorrecta con carga peyorativa- 43 veces en el capítulo "With Apologies to Jesse Jackson".

Tampoco titubearon para mostrar un brutal asesinato de Jesucristo, ni satirizar la cienciología, el judaísmo, políticos...

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