A cargo de las urgencias

En sus casi 40 años como médico emergencista, Carlos A. “Charlie” Gómez Marcial nunca había recibido tantas llamadas telefónicas como después del huracán María. Su celular llegó a sonar 1,600 veces al día.

Aunque es el director de la Sala de Emergencias de Centro Médico, las llamadas no estaban directamente relacionadas con esa labor, sino con la coordinación de los referidos médicos para el barco hospital USNS Comfort, que vino a ofrecer ayuda.

“Entraban llamadas de todas partes del mundo, a toda hora”, dice el doctor sobre la situación que vivió durante un mes debido a que, por error, alguien publicó su número de teléfono.

“Hoy me han llegado pocas. Mira, tengo 90 llamadas”, revela, entre carcajadas, mientras muestra la pantalla de su celular.

Tan pronto el barco militar llegó a la isla, Gómez visitó la nave y se convirtió en el enlace para 61 hospitales del país. Su rol, durante las semanas que le siguieron al huracán, fue recibir las llamadas, ver el historial del paciente y determinar si la persona cumplía con las reglas de admisión en alta mar. Si era así, se coordinaba el traslado, principalmente desde el helipuerto de Centro Médico. Diariamente, salían entre tres y 15 personas del helipuerto de la institución, y otros salían de Aguadilla y Humacao, cuenta.

El manejo de esa operación, sin embargo, no fue ni lo único ni lo más difícil de atender durante la emergencia que ha afectado a todo el país. En este tiempo, además de dirigir la Sala de Emergencias, también ha coordinado trabajos con los grupos de Salud federal que vinieron y montaron seis carpas frente a su área de trabajo, así como los donativos de suministros que amigos y conocidos suyos enviaron desde Estados Unidos.

En esta emergencia, además, debía coordinar su trabajo tomando en consideración que sus compañeros de trabajo también eran parte afectada en la crisis.

“Cada médico, dentro de su especialidad, tiene un estado mental particular y el emergenciólogo está acostumbrado a trabajar con emergencias, con situaciones difíciles, de forma rápida, sin planificación y de día o de noche”, señala Gómez para explicar cómo ha podido lidiar con una emergencia por la cual otro día de María “tuvimos 242 pacientes cuando la capacidad es de 140 camas”.

empleados comprometidos

Señala que una parte importante fue que se tomaron medidas previas a la llegada de María y que eso ayudó, aunque reconoce que “uno nunca se prepara lo suficiente”, especialmente para desastres como el ocurrido...

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