El carro prendió

CARLOS GARCÍA

PRESIDENTE DE LA JUNTA DE DIRECTORES DEL BANCO GUBERNAMENTAL DE FOMENTO

¿No ha tenido usted la pesadilla de que va guiando un carro y no lo puede controlar? Los frenos no le funcionan, el guía no responde, está a punto de estrellarse. Y de repente se despierta, bañado en sudor, y le da gracias a Dios de que sólo era un sueño. Esa horrible pesadilla describe cuán dañado estaba el Puerto Rico que heredamos a finales del 2008. Un bonito carro modelo del año 2000 al que por 8 años no se le cambió ni el aceite, ni el filtro, ni las gomas, ni los frenos.

Nunca se le hizo la inspección y se le tuvo dando bandazos a toda velocidad por las carreteras de nuestra Isla impulsado por el combustible más tóxico posible: una combinación de mucha deuda, poco ingreso y mucho gasto. Y la actitud de quienes lo guiaban era "pregúntame si me importa".

Dejaron el carro medio "esbiela'o" y corriendo sin rumbo. Hubo que frenarlo, dar la vuelta y llevarlo al mecánico para reconstruirlo. Tarea dura que requería sacrificio. Hubo que tomar las decisiones más difíciles de nuestra historia moderna. Oye, que la mayoría de los puertorriqueños sabíamos que había que tomarlas, pero nadie había tenido los pantalones para hacerlo. Por eso se "esbieló" el carro porque a nadie le gusta tomar las decisiones difíciles. Los que lo "esbielaron", se fueron a su casa, aturdidos, a sufrir el castigo de sus propios pensamientos, reflexionando entre cuatro paredes sobre todo lo que no hicieron, en una soledad donde la sinrazón grita y no convence.

Han pasado 28 meses desde que en diciembre de 2008 algunos nos levantamos sudando la gota gorda por un sueño que resultó ser una pesadilla de verdad. Pero ahora, después de reconstruirlo en el mecánico, ese carro "esbiela'o" que "estarteaba" con ronquera y, botaba humo negro por el...

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