De Carson City a Liverpool

LUIS RAFAEL RIVERA

ABOGADO Y ESCRITOR

Todo ese "boom" televisivo ocurría en el hogar de Ezequiel Jiménez, un aficionado por igual a la lucha libre y Perry Mason. Allí, desde su sillón de madera, hacía de "bouncer" en el centro de su propia sala. "Si eres del bando de los Beatles, no puedes ver 'Bonanza' en esta casa", se le oía decir con voz cortante y autoritaria antes de regresar el Chesterfield a sus labios. Nosotros, la muchachería, obedecíamos. Sentados en el piso, pronto nos embelesábamos cuando irrumpía el "tararán tararán tararán tan tan ta." y, en un santiamén, el mapa de Carson City era devorado por las llamas. De inmediato, el elenco cabalgaba, sin levantar polvareda, para posar risueños enfundados en sus pantalones de pana. Aunque las tres esposas de Ben hubiesen fallecido, nadie tenía que decirnos que Hop Sing (el cocinero chino cuyos ojos rasgados encontrarían reemplazo en los de Yoko Ono), ya se estaría ocupando de la cena.

Al ser un asiduo de aquellas veladas, tuve el "oscuro" privilegio de presenciar otros incidentes. En pleno delirio, Ezequiel atribuía conspiraciones a los vecinos que sonsacaban a sus hijas. Buenas razones tenía, sobre todo después del mal trago que pasara cuando notó que sus "teenagers" sustituían la bella estampa de los héroes del Oeste por el cartel psicodélico de unos afeminados incapaces de desenfundar una pistola. Y es que, súbitamente, Tere, Hilda, Olga y Elena Cartwright, pasaron a llamarse Tere Lennon, Hilda McCartney, Elena Starr y Olga Harrison. Así lo acreditaba el sellito que ellas mismas bordaran y fijaran en las blusas de sus uniformes escolares. Dicho de otro modo, cambiaban la estética de las botas de cuero, la pistola al cinto y el sombrero galante, por la estética del "moptop", la guitarra rockera y la picadura de marihuana.

Mientras los Beatles aumentaban su popularidad de manera imparable, asaltando los mercados y alcanzando los primeros puestos en las listas de éxito, la estética de los muchachos de "Bonanza" palidecía. La "beatlemanía", aquella adoración que mostraba el fanatismo de manera desbordada, invitaba además a dejarse crecer el pelo y repudiar la guerra de Viet Nam. "Yo también crecí con el Yesterday", diría unos años después la cantante Ana Belén cuando en el programa "Cine de barrio" trataba de desmontar una de aquellas películas rodadas por el conjunto inglés (en que las mujeres tampoco eran muy visibles que digamos) y que en el cine de Orocovis pasaban los miércoles...

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