Carta al Gobernador Electo

Por Elías Gutiérrez

Economista

Deseo por este medio dejar constancia de lo que considero el mejor curso de acción, si de contribuir al bienestar del país se trata.

Esta es la primera vez que me siento compelido a escribir una carta al gobernador electo. No creo que esta misiva llegue a sus manos. Lo más probable es que sea recibida por un ayudante y referida a la oficina que atiende las miles de comunicaciones que son normalmente recibidas en Santa Catalina. No obstante, si no sigo mis instintos no podré dormir tranquilo. Por eso he decidido hacerla una carta abierta.

Como usted sabe, soy economista y profesor de planificación en la Universidad de Puerto Rico (UPR), donde llevo 42 años en la cátedra. He ejercido en la práctica privada y he colaborado desinteresadamente con la mayoría de los gobernadores de Puerto Rico desde el segundo término de Rafael Hernández Colón. Dirijo la Escuela Graduada de Planificación Salvador M. Padilla de la UPR desde 1998.

Hago el recuento de mi experiencia porque pienso que me da autoridad para hacerle los planteamientos que desarrollo a continuación.

En primer término, debo decirle que la economía de Puerto Rico no está pasando por un mero ciclo recesionario. No, la economía de Puerto Rico sufre una condición de estancamiento. Ello hace que las recetas que se derivan de la teoría desarrollada por John Maynard Keynes sean inefectivas en nuestra disyuntiva.

Nuestro problema no consiste de una insuficiencia en la demanda agregada que pueda compensarse por el gasto público. Para complicar aun más la situación actual, el nivel de deuda acumulada por el gobierno y por el sector privado de la economía de Puerto Rico no permiten continuar financiando gastos con el propósito de estimular la demanda agregada. De ahí que la "creación de empleos" no puede lograrse desde el sector público.

Puerto Rico confronta una insuficiencia de riqueza productiva, una insuficiencia de capital. La plataforma de producción de la economía se ha encogido. Peor aún, la que permanece en operación sufre de obsolescencia.

Algo similar ocurre con el "capital humano". La calidad del sistema educativo del país, en todos los niveles, no llega a los niveles requeridos para mantener la población en edad de trabajo en posición de añadir valor a la economía del mundo. Aquí radica el grave problema del país. Con estas limitaciones no es posible competir en la economía global.

Temo que las promesas de campaña le perseguirán los próximos cuatro años...

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