Carta a una madre ausente:

Alma Figueroa

Madre, fuiste mi ejemplo. De niña siempre anhelé ser como tú. Le pedí a Dios que me regalara tu energía, tu amor y tu valentía hacia los tiempos difíciles y, más aún, tu respeto por la vida.

También deseé aprender a proyectar tu paz y conformidad, la que siempre demostraste a lo largo de tu enfermedad. Anhelé heredar tu fe en Dios, tu paciencia y entrega para con los demás.

Aunque ya no estás físicamente te doy gracias por desarrollar en mí cualidades y no simplemente mis capacidades.

Tuviste en cuenta que antes de ser una buena hija debí ser un buen ser humano.

Fuiste la luz y fuerza de nuestras familias porque en ti se unieron a perfección todos los amores que Dios te supo obsequiar.

Hoy, cuando al fin veo logradas gran parte de mis metas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR