CARTAS DE DOLOR EN BUSCA DE UN PORQUÉ

Por Javier Colón Dávila

jcolon@elnuevodia.com

Hubiera aprovechado hasta el último segundo de tu vida para abrazarte y besarte. Le hubiera implorado a Dios con todas mis fuerzas que cambiara mi vida por la tuya, pero no fue así".

Estas líneas las escribió una madre con el corazón destrozado, Carmiña de Jesús. Las publicó en este diario el mes pasado como regalo para su hijo Horacio Matos de Jesús, asesinado el 20 de diciembre de 2009.

A dos años de la tragedia, Carmiña ha pasado por todas las etapas que viven los sobrevivientes del crimen: la negación, el dolor (ella dice que "de locura"), la rabia que solo controlaba con pastillas y la resignación. Eso sí, siguen viviendo dentro de ella dos fuerzas indomables: el amor por su hijo y la necesidad de saber no quién, sino por qué mataron a su hijo. "En mi cabeza no cabe que él tuviera una situación con alguien tan grave que no se resolviera hablando", dijo.

Horacio, quien tenía 26 años al morir, llevaba casi 10 años trabajando en la discoteca Brava, del Hotel San Juan. Tenía un bachillerato en Contabilidad de la Universidad de Puerto Rico y planificaba continuar estudios en Derecho, dijo su madre.

Se crió en Bayamón y tenía dos hermanas: Verónica, quien ahora tiene 26 años y Carolina, de 14.

Llevaba unos seis meses viviendo por su cuenta en Isla Verde, cuando llegó el 20 de diciembre de 2009. Trabajó durante el día en Brava, pero se quedó hasta la madrugada ya que celebraba un cumpleaños con amistades. A eso de las 4:20 a.m. salió de la discoteca y abordó la avenida Baldorioty de Castro en dirección a San Juan.

A la altura del edificio 49 del residencial Luis Llorens Torres, un auto Honda color blanco impactó levemente la guagua Mitsubishi Montero que manejaba. Horacio se bajó, al igual que el conductor del Honda, quien le propinó dos golpes en la cabeza y luego lo remató de varios disparos en el pavimento. También le arrancaron una cadena y le llevaron un teléfono celular.

De Jesús todavía recuerda cuando a las 10:00 a.m. del día siguiente el padre de Horacio llegó a su residencia. Allí procuraba sin cesar por Verónica, pero ante la insistencia de su exesposa, no tuvo más remedio que darle la noticia.

Desde el saque, y debido a la cantidad de disparos, se descartó que una pelea por una mujer fuera el móvil del crimen. "Él no tenía novia. Era medio enamoradito, pero me dicen sus mejores amigos que novia no tenía. Tenía varias amigas y era un hombre bien serio", dijo De...

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