Las cartas que nunca llegaron
Por Ana Teresa Toro
ana.toro@elnuevodia.com
Pero más allá de eso, las historias detrás de las cartas de un momento en la historia de la humanidad suelen ser fundamentales para entender con mayor claridad el espíritu de una época. Pues es en las inquietudes, las alegrías, las preocupaciones personales de quienes vivieron un momento donde se encuentra la crónica emocional que es indispensable al momento de intentar escudriñar en lo que significan los eventos históricos.
Por ello la nueva publicación del historiador José G. Rigau Pérez -titulada Puerto Rico en la conmoción de Hispanoamérica: Historia y cartas íntimas 1820-1823- llama la atención pues precisamente parte de un hallazgo inesperado de 85 cartas que nunca llegaron a su destino en España. Se trata de un libro que integra una serie de capítulos que ofrecen contexto histórico, un compilado de ilustraciones del momento y, naturalmente, las 85 cartas en cuyo preámbulo se incluye una breve explicación sobre cada una.
Son textos inquietos, ansiosos, curiosos en los que el lector podrá encontrar frases como: "Saque de la miseria en que se halla esta infeliz"; "Ya me tenían por muerto"; "El día 9 de marzo parí una muchacha"; "Anulados en esta maldita isla"; "Su carta hace menos sensible mi prisión"; "La nación nos tiene olvidados" o "Me pidió dinero será que se quiere casar", entre muchas otras que abonan a construir el imaginario de un periodo clave en la historia constituido entre 1820 al 1823.
"Ese fue el periodo constitucional de mayores libertades civiles y, aunque no se sabe por qué esas cartas nunca llegaron a su destino en España, tengo una hipótesis y es que esas cartas salieron de un Puerto Rico constitucional y llegaron a una España donde ya no regía la constitución. Probablemente, alguna persona decidió ver qué estaba diciendo esta gente", argumenta el investigador toda vez que enfatiza en que "no hay certezas de esto, en ningún lugar dice por qué no llegaron. Quizás pudo incluso haber sido que la maleta se cayó y se encontraron tiempo después".
Y si el contenido de estas cartas es interesante, igualmente lo fue el modo en que el doctor Rigau Pérez llegó a estos documentos. Hace 32 años, en el 1981, el historiador se encontraba en Madrid trabajando como epidemiólogo -labor que desempeñó durante décadas de la mano de sus investigaciones históricas- en pleno brote de aceite tóxico.
Entonces, además de laborar en sus investigaciones científicas mantenía un interés por el estudio de...
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