El cartel del petróleo y el monopolista vago

Sergio M. Marxuach

Director de Política Pública Centro para una Nueva Economía

La solución lógica sería escoger un sistema eléctrico moderno, con unidades generatrices de la más alta eficiencia posible, que utilice combustible barato, que cumpla con los más estrictos reglamentos ambientales, que esté preparado para incorporar tecnologías alternas de generación con fuentes de energía renovable, que opere bajo un marco legal robusto y transparente, que le cobre a sus clientes tarifas justas y razonables y que ofrezca protecciones a los consumidores. Dicho de otra manera, usted no escogería el sistema eléctrico de Puerto Rico.

Los reclamos para la creación de una junta reguladora externa y la reestructuración de la AEE cobran urgencia con la reciente degradación de su crédito a nivel chatarra. No hay duda que la comunidad de inversionistas ahora mirará aún más de cerca la frágil situación financiera de la AEE. Moody's, por ejemplo, resalta en su análisis que al finalizar el 2013 la AEE solo contaba con 11 días de efectivo en caja para cubrir sus obligaciones. Un regulador externo que supervise la AEE exigiría que la agencia reduzca sus costos de operación y conduzca sus operaciones con mayor eficiencia a largo plazo. Esta disciplina ayudaría a reducir las tarifas a los consumidores y aseguraría el repago de la deuda de la AEE con sus bonistas.

Uno de los problemas fundamentales de la AEE es que su Junta de Gobierno, además de gobernar la corporación, también reglamenta el mercado de electricidad en Puerto Rico. Esto resulta en un conflicto de intereses, ya que la AEE es juez y parte en la determinación de los términos y condiciones que aplican a quienes buscan conectarse al sistema.

Esta situación ha permitido que diversos grupos de interés, tales como los suplidores -incluyendo a los traficantes del petróleo- los partidos políticos, los beneficiarios de subsidios, los empleados, los bonistas y sus banqueros, y personas con conexiones políticas se organicen para extraer beneficios de la AEE a costa del resto del pueblo de Puerto Rico. A este entramado de intereses se le ha denominado como el "cartel del petróleo".

El cartel del petróleo obstaculiza la reestructuración de la AEE, ya que cada uno de los grupos que se beneficia del status quo está bien organizado y tiene un interés fuerte en proteger sus beneficios, mientras los consumidores están desorganizados y los costos de la acción colectiva son altos. El problema de fondo, entonces, no es...

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