Un caso difícil
Por Mildred Rivera Marrero
mrivera1@elnuevodia.com
Por eso, no solo hay que cuidar a nuestros familiares porque es lo que nos toca, sino tener un compromiso verdadero con las personas que nos encaminaron en la vida y que ya, antes, nos cuidaron.
El psiquiatra especializado en adultos mayores, Fernando Entenza, explica que, además del compromiso, para cuidar a una persona mayor hay que entender los cambios que ocurren con el envejecimiento y los conflictos que, quizás, enfrenta esa persona para aceptar que su vida está cambiando.
"El envejecimiento, normalmente, suaviza la personalidad", por las experiencias que se han tenido y que permiten comprender mejor las situaciones que ocurren en la vida. "Cuando se vuelven peores, pueden haber otras cosas, como depresión", aclara.
Es importante ser observador para tratar de identificar si eso que a veces llamamos manías o los cambios significativos de personalidad y de rutina, en realidad, se deben a problemas de salud física o mental. Hay que tener paciencia para lidiar con las situaciones que surjan, hay que dedicarles tiempo y hay que ser creativos para lidiar con las situaciones.
"El proceso de envejecer es uno difícil que implica perder independencia y eso puede provocar coraje, irritabilidad, inflexibilidad y, por ese temor, la persona se pone a la defensiva", sostiene Entenza, también director del Behavioral Community Clinical Center, adscrito a la Escuela de Medicina de la Universidad Central del Caribe. Añade que las actitudes defensivas también pueden ocurrir cuando la persona que envejece cree que los demás la percibirán como alguien que ya no es útil y que molesta.
Pero, además de eso, un descontrol en condiciones como diabetes e hipertensión o accidentes cerebrovasculares, la Enfermedad de Alzheimer o una depresión clínica pueden provocar cambios de personalidad que hay que atender con un médico. Si la persona se torna manipuladora, desconfiada, pregunta lo mismo una y otra vez o presenta fobias, podría haber un problema médico que necesita de una evaluación por parte de un galeno.
Ante la nueva realidad, Entenza recomienda: no tomarlo personal; tener mucha paciencia; llevar la persona a un neurólogo o psiquiatra geriátrico para ver si hay pérdida de facultades mentales; dejarle saber que uno entiende que el proceso de envejecimiento por el que atraviesa puede representar un impacto fuerte y que uno está dispuesto a acompañarlo en ese camino.
"Aunque suene ridículo, no tratar de...
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