Para castigar las palabras

POR ALEJANDRO CARPIO

Se empieza por el principio, y en el caso de la policial, el principio es Poe. El ensayo que abre el libro, pues, comenta las breves narraciones detectivescas del estadounidense y se aprovecha de tres puntos de partida para enmarcar la construcción de la modernidad: el concepto del barroco, aunque no visto como un fenómeno exclusivo de un punto de la historia; los roles de "vigilar" y "castigar" del estado, según lo formulado por Michel Foucault; los derechos de autor (y su violación), vistos en el contexto de los puntos anteriores.

Rosado pasa luego a explorar vigilancia y castigo en el sur. Aunque el texto se dedica al montevideano Onetti, el autor no pasa por alto la cultura literaria policial del otro lado del Río de la Plata: Arlt, Bioy Casares, Borges, Corzarinsky, etc. El subcapítulo cierra y comienzan sendos ensayos sobre las novelas Para esta noche y La vida breve, que estudian marginalidad, representación y (aunque no insiste demasiado...

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